El gobierno federal está remozando una instalación en Homestead para su posible utilización como refugio para cientos de niños de América Central, en caso de que se desate una nueva ola de arribos de menores que crucen la frontera mexicana sin sus padres en el verano, de acuerdo con funcionarios a cargo del programa.
La instalación es el antiguo centro Job Corps donde el Departamento del Trabajo ofrecía cursos de entrenamiento vocacional en Homestead. En ese lugar habría aproximadamente 800 camas como albergue temporal para niños no acompañados, de acuerdo con un comunicado proporcionado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que se encarga de los menores extranjeros que cruzan la frontera sin sus padres.
“HHS está tomando medidas ahora para asegurar que la instalación estará abierta y lista para proteger a los menores en junio del 2016, si es necesario”, según el comunicado del HHS proporcionado a el Nuevo Herald. “HHS y sus socios, entre diferentes agencias, ha trabajado agresivamente y con éxito para asegurar que el refugio temporal esté disponible en caso de un aumento en el flujo de los niños no acompañados.”
Mientras que el número de menores centroamericanos no acompañados que cruzan la frontera sigue siendo alto, en marzo fue de 4,201, es inferior a los niveles del 2014, cuando más de 7,000 cruzaron en el mismo período de ese año.
La oleada de menores que llegó en el 2014 se originó en Guatemala, El Salvador y Honduras y provocó una crisis humanitaria en la frontera que, desde entonces llevó a las autoridades estadounidenses a tomar medidas para prepararse mejor en el futuro. El éxodo fue atribuido a un aumento en la violencia de pandillas.
Menores sin padres han venido a los Estados Unidos durante décadas, pero fue a partir del 2012 por primera vez que se notó un aumento extraordinario en lo que previamente era un flujo que básicamente pasaba desapercibido.
En junio del 2014, los funcionarios federales dijeron que casi 50,000 niños centroamericanos habían cruzado la frontera sin sus padres empezando el 1ro de octubre del 2013 — casi el doble que durante el mismo período del año anterior.
HHS dijo que en diciembre y luego en abril notificó a los líderes de la comunidad, así como a funcionarios estatales y locales, sobre el plan de utilizar potencialmente la instalación en Homestead para proporcionar refugio temporal a los niños no acompañados.
“Entendemos que la instalación en Homestead estará disponible de forma temporal para albergar a menores no acompañados centroamericanos en el sur de Florida, si las camas en albergues existentes no están disponibles”, dijo Cheryl Little, directora ejecutiva de Americanos Pro-Justicia Inmigrante, que proporciona servicios legales a los menores de edad.
“Recientemente hemos visto un ligero aumento en el número de niños que llegan. Sin embargo, las cifras son mucho menos de lo que vimos en el 2014, cuando nuestro personal veía cualquier día más de 250 niños en proceso de deportación y sin derecho a un abogado designado. Si surgiera una necesidad para que los menores sean alojados en las instalaciones de Homestead, estamos listos para ayudar con todo lo que podamos”.
El sitio que HHS está acondicionando es una instalación utilizada anteriormente como un centro Job Corps en Homestead, donde el Departamento del Trabajo ofrecía cursos vocacionales a jóvenes estudiantes.
Previamente, algunos de los menores que cruzaron la frontera han sido enviados a dos albergues permanentes que ya existen en el Condado Miami-Dade, pero que tienen una capacidad mucho menor. Estos albergues se conocen como His House Children’s Home y otro sitio que se conocía previamente como Boys Town. Los dos refugios existentes del sur de la Florida tienen una capacidad total de 252 camas, según Little.
Un informe publicado en noviembre del 2013 por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos indicó que, si bien el número de menores no acompañados que habían sido detenidos por las autoridades de inmigración había oscilado en un promedio de 6,600 entre los años fiscales 2004 y 2011, el número se disparó a más de 13,000 en el año fiscal 2012 y a más de 24,000 en el año fiscal 2013.
Los menores, sus abogados, familiares y expertos en temas migratorios han atribuido el éxodo a un aumento en la violencia de pandillas en América Central.